futuro próximo

-"Me gustan las películas con largas conversaciones insustanciales, pero que indirectamente revelan las carencias internas del personaje".

Ante tal declaración de principios no pude hacer nada. Me quedé callada, mirándole y asintiendo con la cabeza.

Cuando el hielo de mi refresco se hubo derretido. Decidí amenizar la tarde con una afirmación que pensaba, nunca podría dejar indiferente a nadie. Pues bien los vegetarianos tienen como única fuente de vitamina B12 a los mosquitos.

El mosquito que me había picado en la pierna derecha, cayó muerto entre las yemas de mis dedos. Al ver lo, su padre lloraba de emoción, por fin su hijo había encarrilado su vida. Lo que no sospechaba este buen insecto, es que de este golpe ya no despertaría jamás.

Implicada en la repentina muerte del mosquito. Me sorprendí corriendo. Cruzando la calle sin mirar. Mis ojos se habían vuelto incapaces de reproducir fotogramas. Sólo veía mis pies, que de tanto usarlos últimamente, decidieron revelarse. Allí en medio de dos carriles, de puntillas y flotando por la adrenalina del momento, me quedé parada. El coche negro, que rozó mi tripa con su espejo retrovisor, tenía un conductor, que conmovido por mi situación, me invitó a subir.

La velocidad estaba dentro de lo límites, el volumen de la radio no se excedía y sin embargo no podía dejar de ver la situación como algo estridente. Antes de abandonarme a mis oscuros pensamientos, decidí preguntar al conductor donde íbamos.

-"No seas impaciente ya estamos llegando…" Tal vez él sabía cual era el mejor lugar para mí… o tal vez no. Simplemente me estaba haciendo parte de su realidad cotidiana. Con la tranquilidad de tener un destino. Subí el volumen de la radio.