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vida bacteriana: ...y nunca más llevar zapatos

el diciembre 02, 2008

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Vivir despeinada

Con la mirada perdida, se imagina en un espacio cerrado... Allí donde se pierde el pudor, y las cosas que nunca se dicen toman el control. Espera sentada en el poyete de la ventana de la casa de enfrente del pequeño hostal. La comida abundante dificulta su respiración. El aburrimiento le fuerza a pensar que la muerte no anda lejos ¿Cambiaría el tiempo de existencia su buena educación y sus meditadas decisiones? No lo sabía. Al fin y al cabo son una herramienta más para sobrevivir. ¿Por qué concebirlo todo como una obligación? ¿Por qué había de vivir con miedo a morir? El miedo sólo se tiene a lo desconocido y, la muerte es la inversión más segura que tenemos al nacer. En el final de esta historia se abrazan, pero esto tiene poco que ver. Porque esta historia no narra el encuentro o la soledad. La trama se construye de momentos en los que el personaje es arrastrado, sin dejar surcos, por sus propios impulsos. Así, sin más equipaje que las cuentas pendientes consigo misma, se deja abraza...

Quiero ser como Pe

Por sus carencias interpretativas, por un confuso argumento y por su intencionado tono irónico sarcástico... creo que este corto merece una nominación en mi blog.

¿Cómo tomar la decisión correcta?

Las películas, las series, los anuncios, las revistas, las canciones, las historias que interceptas en el metro, los ejemplos claramente inventados que te cuenta tu madre, las veces que pides consejo para “un amigo” , los sueños que apenas recuerdas, las similitudes con la vida de algún famoso, las profecías de un sabio, las profecías de un loco, las cartas del tarot, la gitana del romero o el freak de tu pueblo que lee la mano, porque no sabe leer nada más… No te engañes…, ninguno de ellos tiene la respuesta. Lo más cuerdo... equivocarse.

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