...cosas que al bajar del autobús deberían olvidarse


Mientras esperaba a que el taper situado bajo mi asiento explotara, no pude evitar pensar que que no estaba siendo nada trascendental dada la situación.
La señora que insistentemente hundía su dedo en mi jersey, no paraba de repetirme que lo llevara al conductor, como si de un regalo se tratase.

Las elipsis son muy útiles para estas situaciones, me ahorro pues todo el tema de la detonación y de mis miembros flotando en la atmósfera contaminada de la ciudad. Me conformo con decir, que no hubiese cambiado nada si hubiese estado en otro asiento porque todos mis compis de viaje sufrieron la misma suerte.

Es curioso que algunas cosas hay que verlas para creerlas, quien me habría dicho a mí que las almas en explosión son cómo pequeños y muy infecciosos microbios capaces de penetrar en cualquier cuerpo.

Tampoco hay que tomarlo al pie de la letra pues no es una posesión ni nada por el estilo, pasas a formar parte de un conjunto de caracteres, algunos olvidados, otros dominantes..., de este modo empiezo a explicarme cómo las personas cambian y evolucionan, a veces a peor, eso depende, como todo en la vida, de quién te pase por encima...

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