Sentada en el escalón de mármol, con el culo frío. Se dio cuenta que no podía seguir así. Se sentó sobre sus manos…, pero el frío quemaba sus palmas. Se levantó, sin saber muy bien qué hacer. Si fuera descubierta a esas horas de la noche y descalza… le esperaba un buen castigo. La luz que se colaba bajo la puerta de la sala de estar, iluminaba sus enredados cabellos y le cubría de una paralizante tranquilidad. Al sentir próximas las voces adultas, olvidó sus miedos y el posible encuentro con los monstruos nocturnos. Levantó su pijama para no tropezar y corrió hasta quedar cubierta por sus frías sábanas. El sonido de su excitada respiración, sirvió de nana aquella noche.
Comentarios
Algunos que has escrito antes no entiendo nada, me recuerdan a un libro que me hicieron leer en bachiller, era "El cuarto de atrás" de Martín Gaite, que parece que está escrito para entenderlo sólamente la autora, entonces ¿para qué lo publica?
Me parece un acto de vanidad, orgullo e hipocresía, es como decir: "mira, estos son mis pensamientos, sólo yo puedo entenderlos, tu no, ¿ves qué lista soy yo, y qué tonto eres tu? ¿ves qué interesante soy yo que pienso tanto, y que ignorante eres tú en tu pobre vida?"
Una cosa es llamar gilipollas al lector y otra muy diferente que el lector se lo crea y lo sea.
No digo que tu blog, querida Cris, sea de la misma categoría que el citado libro, en tu caso me gustan algunos textos por lo que transmiten, porque te intentan meter al lector en la piel del personaje. Sin embargo hay otros textos, tengo que decirlo, que no los entiendo y, sin llegar a disgustarme, prefiría no haberlos leido por que me han resultado una total pérdida de tiempo.
Con esto no pretendo ofenderte, Dios me libre de ello; te deseo lo mejor, un abrazo.
En ningún caso soy vanidosa y agradezco mucho que te molestes en leerme de vez en cuando.
Cuídate y sigue tan natural!