-Despídete bien de esta cama, creo que no volverás a dormir en ella. Él ausente a los comentarios de ella, terminó su cigarro. Salió de la casa. Mientras esperaba el ascensor, ella le observaba con la puerta abierta y le ofrecía una sugerente sonrisa. Él se rascaba la nuca mientras contemplaba aquel amplio descansillo.
Habían compartido algo más de un mes. Les esperaban 3 semanas separados.
Habían compartido algo más de un mes. Les esperaban 3 semanas separados.
Ella tenía esperanza, soltaba sarcasmos para que él reaccionase y saber que pensaba.
Él asentía con la cabeza quería quererla, pero su torpeza le pesaba demasiado. Al lado de aquella chica se daba cuenta de todo lo que no era.
Ella percibía que nunca sería especial para él, en el fondo él tampoco lo era para ella. Eso le dolía, le hubiese gustado tanto dejarle huella...Cada vez que pensaba en él, imaginaba como él caería rendido a sus pies. Nunca se veía haciendo planes juntos.
Para él la casualidad se convirtió en obligación. No se lo dijo a ella, dejó que hablara su compañero el silencio.
Ella percibía que nunca sería especial para él, en el fondo él tampoco lo era para ella. Eso le dolía, le hubiese gustado tanto dejarle huella...Cada vez que pensaba en él, imaginaba como él caería rendido a sus pies. Nunca se veía haciendo planes juntos.
Para él la casualidad se convirtió en obligación. No se lo dijo a ella, dejó que hablara su compañero el silencio.
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